Me he decidido a escribir sobre uno de los temas más controvertidos en mi maternidad: la guardería.
Se que es un tema controvertido porque los padres lo pasan realmente mal cuando ven a su hijo/a llorar mientras lo llevan y precisamente, por esa razón, para mi la guardería no es la mejor opción. Para mi la mejor opción en la mayoría de los casos es que se quede con su madre, si no es posible pues con su padre y si trabajan los dos pues con una persona allegada o un familiar, y ya en el último de los casos cabría la opción de la guardería.
No es cuestión de machismo y de que esté insinuando que las madres no pueden trabajar, puesto que yo luchó por la igualdad de la mujer en el ámbito laboral. Nombro a la madre en primer lugar porque la naturaleza nos eligió a nosotras para estar embarazadas y amamantar a nuestros hijos y por eso normalmente la madre es la primera figura de apego y el bebé con quien se va a sentir plenamente feliz es con ella. Pero sé que hay muchísimas madres que trabajan y por eso, también puede quedarse el padre al cuidado de los hijos con el que estarán muy bien y que será la segunda figura de apego. Pero ¿ y si los dos trabajáis? ¿Con quien mejor que con una persona cercana de plena confianza, que nuestro hijo conozca y toda la atención se dirija hacia el?
En la guardería, hay buenísimos profesionales, de hecho, yo misma he trabajado en alguna de ellas, pero tenemos que ser realistas es muy muy difícil atender a un niño cuando tienes ocho más, no puedes atenderlos igual que como lo haces en casa, es prácticamente imposible.
En nuestro caso, soy una de esas madres que he podido estar al cuidado de mis hijos y cuando he estado trabajando nos hemos organizado para que el pequeño no tenga que ir a la guarderia. Algunas pensaréis que soy una privilegiada, pero os aseguro, que la mayoría de gente con la que hemos hablado piensan que somos unos especímenes raros y nos han intentado convencer dándonos argumentos como: ¡si en la guardería se espabilan mucho! O ¡ es que se socializan!...
Aprovecho esta entrada para contaros algunos de estos argumentos y lo que realmente pienso de todos ellos.
- Se acostumbran antes al colegio: en la mayoría de los casos, he visto como los niños han ido a la guarderia y al ir al colegio y cambiar de profesor han llorado igualmente. Es normal, hay que entender que han cogido apego o cariño a ese profesor y ahora verse en otro ambiente con un nuevo extraño le provoca inseguridad. Por eso, creo que a medida que es más mayor el niño o niña puedes explicarle y razonar con él, ¿para que hacerle pasar ese mal trago desde tan pequeño?
- Es que las abuelas lo malcrian: si las abuelas están dispuestas a cuidar de nuestros hijos en nuestra ausencia, ¿por que no? las abuelas son nuestras madres, nos han criado a nosotros, tan mal no lo habrán hecho... Prefiero que lo mimen de más a que no puedan hacerle el caso que necesitan.
- Es que no me da tiempo a hacer las cosas de casa: eso ya es otra cosa... Aunque yo pienso que hay que implicar a los hijos en las tareas de casa desde pequeños ya que esta es de todos. ¡Después nos quejamos cuando tienen dieciocho años y no hacen la cama! Además en mi caso, prefiero tener la casa más desordenada y a mi hijo más feliz.
- Aprenden mucho en la guardería: ¡claro que aprenden! Pero en casa también. De hecho cuando mi hijo me ayuda a clasificar la colada está aprendiendo lógica matemáticas y también los colores, al igual que me ayuda a hacer tortilla de patatas (que le encanta) aprende a secuenciar paso por paso.
- Se socializan: los niños no se socializan los primeros de años de vida, como mucho jugarán unos al lado de los otros. Cuando son más mayores, hay muchos sitios para socializar además de la guardería. Prefiero que mis hijos se socialicen de una manera más real, la que llevamos a cabo los adultos, en el supermercado, en el banco...
- Se espabilan antes: yo no quiero que mi hijo se espabile antes, quiero que sea un niño y haga cosas de niños. Todos hablamos, andamos, saltamos... ¿Que más se da que lo haga un mes antes o después? Prefiero que lo haga a su ritmo, cuando él este preparado.
Ahora mi hijo mayor va al colegio, siento nostalgia de esos años en los que hemos estado juntos todo el dia. Esas mañanas los dos solos haciendo las cosas de casa y jugando y pintando, no me cabe duda que para mi ha sido la mejor opción.
No quiero acabar esta entrada sin decir que el día que fui madre decidí renunciar a mi inserción laboral para poder criar a mis hijos. Conozco a otras madres que han renunciado a la crianza para poder trabajar. Espero que algún día exista una conciliación maternidad-trabajo real.
No quiero acabar esta entrada sin decir que el día que fui madre decidí renunciar a mi inserción laboral para poder criar a mis hijos. Conozco a otras madres que han renunciado a la crianza para poder trabajar. Espero que algún día exista una conciliación maternidad-trabajo real.